Basado en la obra La Dama de las Camelias de
Alejandro Dumas jr.
Estreno: La Fenice de Venecia- Fecha: 1853 -
06 de marzo
Acción: París a mediados del siglo XIX
Una noche de septiembre de 1844, Alejandro Dumas (1824
- 1895), el hijo del famoso escritor autor de Los Tres Mosqueteros, acudió,
como ya había hecho otras noches, a un teatro de París.
Lo atrajo una mujer en especial: Marie Duplessis. Era
alta y muy esbelta, de pelo negro y complexión blanca y rosa, Su cabeza era pequeña,
de ojos alargados que tenían el aspecto de porcelana de las mujeres de Japón.
Pero había en ellos algo que indicaba una naturaleza orgullosa y vital... Podía
ser una figurilla de Dresden. Marie era la cortesana más afamada de la época.
Al final del espectáculo, Dumas y su amigo fueron invitados a casa de una amiga
de Marie, que estaba casualmente junto a la de Marie en el elegante boulevard
de la Madeleine.
Marie esa noche sirvió una cena con champaña a estos
tres invitados. Pero al final de la cena sufrió un acceso de tos y tuvo que
salir de la estancia. Dumas fue tras ella y la encontró desmayada en un sofá.
En el agua de un recipiente de plata había sangre. "¿Sufres?", le
preguntó el joven. "Muy poco. Ya estoy acostumbrada a esta clase de
cosas", le respondió la hermosa mujer. "Te estás matando", le
dijo el joven. "¿Por qué de pronto esta devoción? ¿Estás enamorado de
mí?", quiso saber ella, interrogándole con obsesión hasta acorralarlo.
Cuando él titubeó, ella le exigió una declaración, pero le previno de dos
consecuencias: "Puede ser que te rechace, en cuyo caso te sentirás
agraviado por mí; pero puede ser que te acepte, y te verás con una amante
abatida, con una mujer nerviosa, enferma y melancólica, cuya alegría te
parecerá aun más triste que su dolor." El encuentro de Alejandro Dumas y
Marie Duplessis tuvo lugar a principios del otoño de 1844 y fue seguido por un
breve y agridulce romance, pero el argumento pertenece a una novela que Dumas
publicó cuatro años después, La dama de las camelias.
Paseos diurnos en carruaje, asistir por la noche a la ópera o al teatro,
ofrecer deslumbrantes fiestas y tener encuentros románticos con hombres
deseosos de contribuir a su manutención: tal era la vida de una cortesana. Los
servicios de Marie llegaron a ser tan bien pagados que se decía que gastaba 100
000 francos de oro al año. Su ropa era elegantísima y se rodeaba de flores.
Pero el aroma de las rosas mareaba a Marie, por lo que usaba camelias, sin
olor, y llenó su casa con las delicadas flores hasta que un observador comentó:
"Era prisionera en una fortaleza de camelias."
Marie leía y discutía todos los libros de su biblioteca con sus
múltiples amigos, además de ser reconocida como una consumada pianista. Ella
admitía que su único defecto era decir mentiras. Pero disculpaba alegremente
esto, afirmando: "Las mentiras conservan blancos los dientes."
[...]
Esbelta y pálida, Marie era una belleza etérea. Pero también era
enfermiza y temía que su vida sería corta. Tras meses de un tórrido romance que
lo dejó muy endeudado, Dumas se alejó de Marie, aunque ella le ofreció ser su
amiga en lugar de amante. El 30 de agosto de 1845, él le escribió para dar fin
a la relación que le había provocado tantos problemas: "No soy lo bastante
rico para amarte como quisiera, ni tan pobre como para que me ames como
quisieras... Tu corazón es muy grande para no entender esta carta y tu
inteligencia demasiada para no perdonarme."
[...]
Cuando Dumas la dejó, Marie Duplessis se relacionó con el compositor
Franz Liszt. Luego, a principios de 1846, aceptó una sorpresiva oferta
matrimonial del conde de Perregaux. El 21 de febrero se casaron en Londres.
Hubo quien sugirió que el conde solamente se apiadó de Marie, pues ella estaba
sucumbiendo al agotamiento o a la tuberculosis. Se separaron poco después de
volver a París y Marie quedó sola, ya sin la energía para participar en los
eventos sociales y forzada a vender propiedades para alejar a sus acreedores.
Instaló un reclinatorio en su habitación para sus oraciones privadas y
finalmente pidió a un clérigo que le aplicara los santos óleos. El fin de la
cortesana de 23 años llegó súbita e inevitablemente el 3 de febrero de 1847.
Giuseppe Verdi (1813 - 1901), de biografía apasionante, recogió la
historia en La Traviata, cuyo significado es La perdida, la descarriada y nos
la explicó con música.
Este brindis que realiza Alfredo lo presenta en ritmo de vals: un, dos,
tres; un, dos, tres ..., acentuando el uno. Como en Viena, capital del Imperio
Austro - húngaro, era el ritmo de la alegría, de los momentos felices de la
emperatriz Sissí ...
Personajes:
VIOLETA
VALERY Cortesana ---------------Soprano
ALFREDO
GERMONT Amante de Violeta ------------------Tenor
GIORGIO
GERMONT Padre de Alfredo -----------------Barítono
FLORA
BERVOIX Amiga de Violeta -------------Mezzosoprano
MARQUES
D'OBIGY Amante de Flora ---------------Bajo
BARON
DOUPHOL Protector de Violeta ----------Barítono
ANNINA
Criada de Violeta -----------Soprano
DR.
GRENVIL Médico de Violeta ----------------Bajo
Acto I
La
ópera se inicia con un breve pero brillante preludio que empieza a generar una
buena predisposición por parte del oyente (o del espectador si está en el
teatro) de cara a disfrutar de una ópera romántica que pone al espectador en un
mundo de pasión, renuncia al amor, ira y, finalmente, reconciliación en un
momento trágico. La ópera, comienza con una fiesta de alta sociedad en casa de
Violetta a la que asisten los amigos de ésta entre los que figura Gastón, el
Barón Douphol, el marqués o Flora. Gastón presenta de forma halagadora a
Alfredo Germont ante Violetta que queda prendada ante aquel joven. Ya sentados
en el banquete, empiezan a dialogar sobre el interés que sintió Alfredo por Violetta cuando llega el primer
gran momento de la ópera y que le ha dado popularidad en el mundo como es el
célebre brindis (Libiamo!) que entona Alfredo y que sigue Violetta
posteriormente.
Alfredo:
Libiamo, libiamo ne'lieti calici
che la belleza infiora.
E la fuggevol ora s'inebrii
a voluttà.
Libiamo ne'dolci fremiti
che suscita l'amore,
poichè quell'ochio al core
Omnipotente va.
Libiamo, amore fra i calici
più caldi baci avrà.
All:
Ah, libiamo;
amor fra i calici
Più caldi baci avrà
Violetta:
Tra voi tra voi saprò dividere
il tempo mio giocondo;
Tutto è follia nel mondo
Ciò che non è piacer.
Godiam, fugace e rapido
e'il gaudio dell’amore,
e'un fior che nasce e muore,
ne più si può goder.
Godiam c'invita un fervido
accento lusighier.
All:
Godiam, la tazza e il cantico
la notte abbella e il riso;
in questo paradise
ne sopra il nuovo dì.
Violetta:
La vita è nel tripudio
Alfredo:
Quando non s'ami ancora.
Violetta:
Nol dite a chi l'ignora,
Alfredo:
e' il mio destin così ...
All:
Godiamo, la tazza e il cantico
la notte abbella e il riso;
in questo paradiso ne sopra il nuovo dì.
consulta: día 6 febrero 2010 en :
http://www.quedeletras.com/letra-cancion-brindisi--la-traviata-bajar-95271/disco-pavarotti-forever/luciano-pavarotti-brindisi--la-traviata.html
Alfredo
|
VIOLETA
(levantándose)
|
TODOS
|
Bebamos
alegremente de este vaso
resplandeciente
de belleza
y que la hora
efímera
se embriague
de deleite.
Bebamos con
el dulce estremecimiento
que el amor
despierta
puesto que
estos bellos ojos (indicando a Violeta)
nos
atraviesan el corazón.
|
Yo quiero
compartir
mi alegría
con todos vosotros;
todo en la
vida es locura
salvo el
placer.
Alegrémonos
el amor es
rápido y fugitivo.
Es una flor
que nace y muere
y del cual
no siempre se puede disfrutar.
Alegrémonos
pues una voz encantadora,
ferviente,
nos invita.
|
¡Alegrémonos!.
El vino y los cantos
y las risas
embellecen la noche;
y que el
nuevo día
nos
devolverá al paraíso.
|
|
VIOLETA
(a Alfredo)
La vida solo
es placer.
|
|
ALFREDO
(a Violeta)
Para
aquellos que no conocen el amor.
|
|
|
|
VIOLETA
(a Alfredo)
No hablemos
de quien lo ignora
|
|
ALFREDO
(a Violeta)
Es mi
destino.
|
|
|
ALFREDO
Bebamos
alegremente de este vaso
resplandeciente
de belleza
y que la
hora efímera
se embriague
de deleite.
Bebamos con
el dulce estremecimiento
que el amor
despierta
puesto que
estos bellos ojos
(indicando a
Violeta)
nos
atraviesan el corazón.
Bebamos
porque el vino
avivará los
besos del amor.
|
|
|
|
|
TODOS
Bebamos
porque el vino
avivará los
besos del amor.
|
|
|
|
VIOLETTA
(S'alza.)
Tra voi saprò
dividere
Il tempo mio
giocondo;
Tutto è follia
nel mondo
Ciò che non è
piacer.
Godiam, fugace
e rapido
È il gaudio
dell'amore;
È un fior che
nasce e muore,
Nè più si può
goder.
Godiam
c'invita un fervido
Accento
lusinghier.
TUTTI
Godiam la
tazza e il cantico
La notte
abbella e il riso;
In questo
paradiso
Ne scopra il
nuovo dì.
VIOLETTA
(ad Alfredo)
La vita è nel
tripudio.
ALFREDO
(a Violetta)
Quando non
s'ami ancora.
VIOLETTA
(ad Alfredo)
Nol dite a chi
l'ignora.
ALFREDO
(a Violetta)
È il mio
destin così
TUTTI
Godiam la
tazza e il cantico
La notte
abbella e il riso;
In questo
paradiso
Ne scopra il
nuovo dì.
VIOLETA
(a Alfredo)
La vida solo
es placer.
TODOS
¡Alegrémonos!.
El vino y los cantos
y las risas
embellecen la noche;
y que el nuevo
día
nos devolverá
al paraíso.
ALFREDO
Libiam nè
lieti calici
Che la
bellezza infiora,
E la fuggevol
ora
S'inebri a
voluttà.
Libiam nè
dolci fremiti
Che suscita
l'amore,
Poichè
quell'occhio al core
(indicando
Violetta)
Onnipotente
va.
Libiamo, amor
fra i calici
Più caldi baci
avrà.
TUTTI
Libiamo, amor
fra i calici
Più caldi baci
avrà.
Una vez acabado el banquete, se van los
invitados a otra sala para bailar y quedan ellos solos conversando ya que
Alfredo se siente preocupado por la salud de ella (entre la enfermedad que se
menciona al inicio de la ópera y el mareo que le ha obligado a quedarse) y ella
siente que el interés de Alfredo por ella es sincero, demasiado sincero para su
gusto ya que teme que tras ese interés
haya un amor al que ella no quiera responder. A la pregunta de ella ("Da
molto è che mi amate?") él da rienda a ese gran "Un dì, felice,
eterea" seguido de "Di quell'amore ch'è palpito" que
se convierte en el leit-motiv en este acto cuando Alfredo le revela su
amor, que ella no quiere ya que
"ella no sabe amar" y le conmina a ser amigos pero nunca amantes.
Alfredo parte con el resto de los invitados, no sin conseguir antes que pueda
volver a verla. Sola en su casa, se queda pensativa ante esas palabras que,
unos momentos antes, le había revelado Alfredo y que le hacen plantearse por
unos momentos aceptar ese amor que le propone. En pleno delirio emocional se
niega ese amor para volver a ser ella misma, la Violetta que sólo quiere gozar
en la senda del placer ("Sempre libera deggio!") mientras, a lo
lejos, se oye a Alfredo con ese "amor è palpito" .
Acto II
Escena
1.Ha pasado el tiempo y ambos ya viven juntos en una casita cerca de París.
Alfredo revela en su célebre "Lunge da lei" y su posterior "De
miei bollenti spiriti" que Violetta ha renunciado por su amor a los lujos,
fiestas,etc y que se siente "como en el cielo" estando con ella pero,
de repente, Annina le desvela que vuelve de París con el fin de vender los
bienes de Violetta para seguir viviendo juntos a lo que él se niega y
marcha para París, no sin antes sentirse
ultrajado (0 mio rimorso!). Llega ahora uno de los momentos más importantes en
la trama de la historia de esta ópera: el encuentro de Violetta y el padre de
Alfredo, Giorgio Germont. El diálogo entre los dos va in crescendo en el
argumento y en la música que Verdi compuso para este fragmento. Giorgio le pide
un sacrificio para que abandone a Alfredo por el bien de su familia a lo que,
en principio ella niega ( A no!Giammai!...Non sapete che colpita d'atro morbo è
la mia vita- Ignoráis que mi vida está herida de una enfermedad fatal- ya se
alude al final de Violetta) para luego aceptar
el sacrificio a cambio de que, con el tiempo, él le confíe el secreto a
Alfredo del tremendo sacrificio hecho por ella.
Con la
marcha del padre de Alfredo, Violetta se decide a escribir para despedirse de
Alfredo cuando éste llega de París. En este punto se vive un encuentro lleno de emoción que sugeriría
escuchase con gran detenimiento el oyente. Ese Amami Alfredo! es de una pasión
diferente a la que se puede vivir en otras óperas, ese sentimiento de Violetta
que sabe que ese debe ser el final, como las lágrimas asoman en las mejillas de
Violetta. De aquí al final del acto, se aceleran las situaciones. Giorgio habla
con Alfredo ("Di Provenza il mar, il suolo" con el fin de convencerlo
para volver a su tierra natal con sus familiares), Alfredo se indigna por esa
separación sin motivo de Violetta y parte hacia París para vengarse de ella, desconociendo ese sacrificio que sí
conocía el padre.
Escena
2. En la fiesta organizada por Flora, la tensión va en aumento desde que
aparece Alfredo, cuando nadie esperaba su presencia, y dada la rivalidad existente entre éste y el Barón
Douphol. Violetta, que estaba también en la fiesta, pide a Alfredo que se
marche pues le amenaza un gran peligro. Alfredo se niega y le dice que marchará
siempre y cuando ella le siga. Ella es, ahora, la que dice que no puede, que
hizo un juramento. Violetta se ve obligada a mentirle y afirmar su amor por el
barón. La reacción de Alfredo es cruel, llama a todos los invitados y, delante
de ellos, le tira una bolsa de dinero a los pies de ella para que todos sean
testigos de que ha pagado la deuda ("Ogni suo aver tal femmina per amor
mio sperdea"- Todos sus bienes esta mujer ha derrochado por mi amor...y yo
los aceptaba). En ese momento aparece
Giorgio Germont y le recrimina la acción despiadada a lo que Alfredo se
derrumba. El gran final es digno de escuchar con detenimiento en cada uno de los matices que se reflejan: el
remordimiento de Alfredo, la pena de Violetta porque sabe que él desconoce los
verdaderos motivos de su sacrificio, la ira del barón, etc.
Acto III
Después
de un breve y triste preludio se observa la triste soledad de una pobre mujer
enferma que está antes sus últimas hora de vida. Relee la carta que le mandó
Giorgio en el que le relata que le contó el sacrificio a Alfredo y que él
"volverá para imploraros perdón". El aria "Addio del passato bei
sogni ridenti" es el mejor reflejo de lo que escribí en el inicio de este
párrafo, aquel que la oiga por primera vez no quedará decepcionado. Aninna le
revela la llegada de "una alegría insospechada"...sí, Alfredo llega
ante ella y tras unos diálogos rápidos se inicia un dúo